La trombocitopenia viral es una afección que surge cuando las infecciones virales interrumpen la producción normal, la vida útil o la función de las plaquetas en la sangre. La condición puede tener implicaciones significativas para la salud de los pacientes, ya que un recuento reducido de plaquetas puede conducir a un mayor riesgo de sangrado y complicaciones relacionadas. Este artículo explora la relación entre las infecciones virales y la trombocitopenia, profundizando en los mecanismos a través de los cuales los virus afectan la producción y función plaquetaria. Además, el artículo discutirá las estrategias actuales de diagnóstico y manejo para ayudar a los profesionales de la salud a brindar una mejor atención a las personas afectadas.
1.1 Mecanismos de agotamiento plaquetario por infecciones virales
1.2 Respuesta inmune inducida por virus y su impacto en las plaquetas
1.3 Papel de las proteínas virales en la trombocitopenia
2.1 Virus del dengue
2.2 Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
2.3 Virus de la hepatitis C (VHC)
2.4 Virus de Epstein-Barr (VEB)
2.5 Citomegalovirus (CMV)
3.1 Síntomas y signos de trombocitopenia viral
3.2 Pruebas diagnósticas y marcadores de laboratorio
4.1 Cuidados de apoyo y transfusiones de plaquetas
4.2 Terapias antivirales
4.3 Tratamientos inmunomoduladores
La trombocitopenia viral sigue siendo una preocupación importante para la salud pública debido a su asociación con diversas infecciones virales.
Comprender la patogénesis y los mecanismos subyacentes es crucial para el diagnóstico temprano y el manejo efectivo de esta afección. Los profesionales médicos deben ser conscientes de las infecciones virales comunes que pueden conducir a la trombocitopenia y estar equipados con las herramientas de diagnóstico necesarias para reconocerla y tratarla rápidamente. Los avances en la investigación y los estudios de casos contribuyen a nuestro conocimiento de la trombocitopenia inducida por virus y allanan el camino para posibles estrategias terapéuticas para mejorar los resultados de los pacientes.
Los concentrados de leucocitos, el plasma de donantes jóvenes y la aféresis plasmática son enfoques terapéuticos novedosos que son prometedores en el campo del tratamiento del cáncer. Estas intervenciones tienen como objetivo modular el sistema inmune y optimizar el microambiente tumoral, proporcionando nuevas vías para la inmunoterapia. Este artículo explora los beneficios potenciales, los mecanismos de acción y la investigación actual en torno al uso de concentrados de leucocitos, plasma de donantes jóvenes y aféresis plasmática en la terapia del cáncer. Al comprender los principios subyacentes y los estudios en curso, podemos obtener información sobre el futuro del tratamiento del cáncer y su impacto en los resultados de
los pacientes.
El cáncer sigue siendo un importante desafío para la salud mundial, que requiere la exploración de estrategias de tratamiento innovadoras. En los últimos años, el enfoque se ha desplazado hacia el aprovechamiento del poder del sistema inmune para atacar las células cancerosas de forma selectiva. Los concentrados de leucocitos, el plasma de donantes jóvenes y la aféresis plasmática han surgido como posibles modalidades inmunoterapéuticas que son prometedoras en el tratamiento del cáncer.
Los concentrados de leucocitos se refieren a preparaciones enriquecidas con leucocitos, que comprenden varias células inmunes con el potencial de combatir los tumores de manera efectiva. Estos concentrados se obtienen a través de leucoféresis, un procedimiento que implica la recolección de leucocitos de la sangre de un donante. Los concentrados de leucocitos se pueden infundir en pacientes con cáncer, reforzando su respuesta inmune contra las células malignas. Los mecanismos potenciales que subyacen a la eficacia de los concentrados de leucocitos incluyen la activación de células T citotóxicas, células asesinas naturales y otros componentes del sistema inmunitario, lo que lleva a la destrucción de las células tumorales. Los primeros estudios han mostrado resultados prometedores en la mejora de las tasas de supervivencia y la reducción de la carga tumoral en pacientes que reciben terapia con concentrado de leucocitos.
La terapia de plasma de donante joven implica la administración de plasma derivado de individuos jóvenes a pacientes con cáncer.
Se basa en el concepto de que la sangre joven contiene factores que promueven la regeneración y el rejuvenecimiento de los tejidos.
El plasma contiene una variedad de proteínas, factores de crecimiento y citoquinas que pueden modular el sistema inmunológico y mejorar las defensas naturales del cuerpo contra el cáncer. Algunos de estos factores incluyen interleucinas, factor de necrosis tumoral y factor de crecimiento transformante beta.
Los estudios preliminares en modelos animales y los ensayos clínicos de fase temprana han demostrado beneficios potenciales en términos de inhibición del crecimiento tumoral, mejora de la función inmune y aumento de la supervivencia general. Sin embargo, se necesita más investigación para determinar la dosis óptima, la frecuencia y los efectos a largo plazo de la terapia con plasma de donantes jóvenes.
La aféresis plasmática es un procedimiento que implica la eliminación selectiva de componentes plasmáticos de la sangre de un paciente, influyendo así en la composición del medio plasmático. Este enfoque ha ganado atención como un medio para modular el microambiente tumoral y mejorar la eficacia de la inmunoterapia contra el cáncer. Al eliminar los factores inhibitorios y aumentar la concentración de componentes inmunoestimulantes, la aféresis plasmática tiene como objetivo crear un entorno más favorable para que las células inmunes reconozcan y ataquen las células cancerosas. Además, el procedimiento puede reducir los niveles de factores circulantes derivados del tumor que promueven la progresión del tumor. Aunque la aféresis plasmática todavía se encuentra en las primeras etapas de investigación, los estudios preliminares han mostrado resultados alentadores en términos de mejores tasas de respuesta y supervivencia prolongada en pacientes que reciben esta modalidad de
tratamiento.
Los concentrados de leucocitos, el plasma de donantes jóvenes y la aféresis plasmática representan avances emocionantes en la terapia del cáncer que se centran en aprovechar el potencial del sistema inmunitario para combatir el cáncer. Si bien los mecanismos subyacentes y los beneficios específicos de estos enfoques requieren una mayor aclaración, las primeras investigaciones y ensayos clínicos han mostrado resultados prometedores. A medida que nuestra comprensión de la respuesta inmune y el microambiente tumoral continúa expandiéndose, se espera que estas terapias desempeñen un papel cada vez más importante en el tratamiento del cáncer. Se necesitan investigaciones adicionales, incluidos ensayos clínicos a gran escala y estudios mecanicistas, para determinar las estrategias óptimas, los criterios de selección de pacientes y los resultados a largo plazo de estas nuevas modalidades terapéuticas. Siendo una gran oportunidad para el paciente en Cuidados Paliativos y en reposición Post Quimioterapia e incluso post trasplante de células germinales, al mejorar el estado general, promover el tejido colágeno y rejuvenecer los sistemas del paciente.
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Los inhibidores de puntos de control (check point) son Genes que detienen las mutaciones del cáncer de manera natural en tu cuerpo y han revolucionado el campo del tratamiento del cáncer, ofreciendo nuevas esperanzas a los pacientes al aprovechar el poder del sistema inmunológico para combatir el cáncer.
Estos medicamentos inmunoterapéuticos han demostrado un éxito notable en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer, incluyendo:
Sin embargo, no todos los pacientes dentro de estos tipos de tumores responden a los inhibidores de puntos de control o check point, y su potencial aún no se ha desarrollado completamente.
Para desbloquear su verdadero potencial, los investigadores están trabajando diligentemente para comprender las reglas fundamentales que rigen la utilización óptima de los inhibidores de puntos de control, con el objetivo de maximizar su eficacia, minimizar la toxicidad y extender sus beneficios a una gama más amplia de cánceres.
una breve descripción general. Los inhibidores de puntos de control son una clase de fármacos que se dirigen a proteínas específicas de las células inmunitarias, como la proteína 4 asociada a linfocitos T citotóxicos (CTLA-4) y la proteína 1 de muerte celular programada (PD-1), que regulan las respuestas inmunitarias. Al bloquear estas proteínas, los inhibidores de puntos de control liberan los frenos que posee el sistema inmunitario, lo que le permite reconocer y atacar las células cancerosas de manera más efectiva.
Los inhibidores de puntos de control han demostrado un éxito notable en el tratamiento de varios tipos de cáncer. Del mismo modo, en el cáncer de pulmón, carcinoma de células renales, cáncer de vejiga y tumores con inestabilidad de microsatélites y alta carga mutacional, estos inhibidores han mostrado resultados prometedores, lo que lleva a respuestas duraderas en algunos pacientes.
A pesar de su potencial, los inhibidores de puntos de control no benefician a todos los pacientes. De hecho, una proporción significativa de pacientes no responde al tratamiento, lo que destaca la necesidad de una comprensión más profunda de los mecanismos subyacentes. Un desafío es la heterogeneidad de las respuestas tumorales, con algunos pacientes experimentando una remisión completa, mientras que otros no muestran respuesta o incluso resistencia. La identificación de biomarcadores predictivos que puedan determinar con precisión la respuesta del paciente es crucial para optimizar los resultados del tratamiento.
Los investigadores se dedican a desentrañar las reglas fundamentales que rigen la terapia con inhibidores de puntos de control para mejorar su eficacia y extender su alcance a una gama más amplia de cánceres. Se están llevando a cabo varias áreas clave de investigación:
Los esfuerzos se centran en identificar biomarcadores confiables que puedan predecir la respuesta del paciente a los inhibidores de puntos de control. Esto incluye investigar la carga mutacional tumoral, la expresión del Gen PD-L1, la infiltración de células inmunitarias y los factores inmunitarios del huésped. Los biomarcadores pueden ayudar en la selección de pacientes y guiar las decisiones de tratamiento, mejorando la probabilidad de resultados positivos.
Los investigadores están explorando el potencial de combinar inhibidores de puntos de control con otras modalidades de tratamiento, como terapias dirigidas, radioterapia u otras inmunoterapias. Estas combinaciones tienen como objetivo mejorar sinérgicamente las respuestas inmunes y superar los mecanismos de resistencia.
Las técnicas de medicina de precisión, incluida la genómica y la transcriptómica, se están empleando para desentrañar las características únicas de los tumores individuales e identificar estrategias de tratamiento personalizadas. Este enfoque considera las características moleculares e
inmunológicas específicas del tumor de cada paciente, adaptando los regímenes de tratamiento en consecuencia.
Nuevos inhibidores de puntos de control: Los investigadores están desarrollando y probando activamente nuevos inhibidores de puntos de control para ampliar el repertorio de objetivos más allá de CTLA-4 y PD-1 / PD-L1. Estos nuevos agentes tienen como objetivo desbloquear vías previamente sin explotar para la modulación inmune, beneficiando potencialmente a los pacientes que no responden a las terapias
actuales.
Los inhibidores de puntos de control han marcado el comienzo de una nueva era de tratamiento del cáncer, ofreciendo esperanza y mejores resultados para los pacientes con tipos específicos de tumores. Sin embargo, el desafío radica en maximizar su eficacia, minimizar la toxicidad y ampliar su aplicación a una gama más amplia de cánceres. Al desentrañar las reglas fundamentales que rigen el uso de inhibidores de puntos de control, los investigadores se esfuerzan por desbloquear todo su potencial. La identificación de biomarcadores, las terapias combinadas, los enfoques de
medicina personalizada y el desarrollo de nuevos inhibidores de puntos de control son áreas clave de investigación que son prometedoras para transformar la terapia con inhibidores de puntos de control y acercarnos a tratamientos contra el cáncer más efectivos y personalizados.
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La inmunoterapia ha revolucionado el campo del tratamiento del cáncer, ofreciendo resultados prometedores y nuevas vías para los pacientes. Las vacunas, una herramienta establecida desde hace mucho tiempo para prevenir enfermedades infecciosas, ahora están emergiendo como un componente integral de la inmunoterapia contra el cáncer. Si bien algunas vacunas están diseñadas para prevenir el cáncer, otras tienen como objetivo tratar el cáncer existente estimulando el sistema inmunitario para que reconozca y se dirija a las células tumorales. Este artículo explora la distinción entre las vacunas preventivas y terapéuticas contra el cáncer, destacando el modo de acción de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) y los desafíos que enfrentan las vacunas terapéuticas contra el cáncer. También discute la creciente importancia de las vacunas terapéuticas contra el cáncer como un componente potencial del tratamiento del cáncer.
Las vacunas preventivas están diseñadas para proteger a las personas de desarrollarcáncer al dirigirse a patógenos específicos o sus antígenos asociados. La vacuna contra el VPH es un ejemplo notable en la prevención de tumores malignos cervicales y otras afecciones malignas asociadas al VPH. El modo de acción de la vacuna contra el VPH es similar al de las vacunas contra enfermedades infecciosas. Induce la
producción de anticuerpos que se dirigen a los componentes esenciales del virus, previniendo la infección y el posterior desarrollo de cánceres asociados al VPH. Las vacunas preventivas han logrado un éxito notable en la reducción de la incidencia deciertos tipos de cáncer, lo que demuestra el poder de la inmunización como estrategia preventiva.
A diferencia de las vacunas preventivas, las vacunas terapéuticas contra el cáncer se desarrollan para tratar el cáncer existente. Estas vacunas tienen como objetivo activar el sistema inmunitario, particularmente las células T, para reconocer y destruir las células tumorales. El objetivo principal es inducir una respuesta inmune robusta ediada por células contra antígenos específicos del tumor. Los antígenos tumoralesson proteínas u otras moléculas que se encuentran exclusiva o predominantemente en las células cancerosas, lo que las convierte en objetivos atractivos para el reconocimiento inmunitario. El desarrollo de vacunas terapéuticas contra el cáncer ha demostrado ser más desafiante que las vacunas preventivas. Las células cancerosas pueden evadir la vigilancia inmunitaria a través de diversos mecanismos, incluida la regulación negativa de la presentación del antígeno, la señalización del punto de control inmunitario y el microambiente tumoral inmunosupresor. Superar estos obstáculos y provocar una respuesta inmune fuerte y duradera contra las células cancerosas ha sido una tarea compleja.
En los últimos años, el campo de la inmunoterapia contra el cáncer ha sido testigo de un renacimiento con avances como los inhibidores de puntos de control inmunitario y la terapia de células T con receptores de antígenos quiméricos (CAR). Estos avances han reavivado el interés en las vacunas terapéuticas contra el cáncer como un enfoque complementario para mejorar los resultados del tratamiento. Las vacunas terapéuticas pueden potencialmente amplificar y mantener la respuesta inmune contra el cáncer, mejorando la eficacia de las inmunoterapias existentes.
Una estrategia clave para mejorar la eficacia de las vacunas terapéuticas contra el cáncer es combinarlas con otras inmunoterapias. Por ejemplo, los inhibidores de puntos de control se pueden administrar junto con las vacunas para aliviar la inmunosupresión y maximizar la respuesta inmune. Además, las vacunas personalizadas adaptadas al perfil genético e inmunológico único de cada paciente son prometedoras para mejorar la eficacia del tratamiento. Al incorporar antígenos tumorales específicos del paciente, estas vacunas pueden mejorar la especificidad y la potencia de la respuesta inmune.
Si bien las vacunas preventivas han logrado un éxito notable en la reducción de la incidencia de ciertos tipos de cáncer, el desarrollo de vacunas terapéuticas contra el cáncer ha sido más difícil. Sin embargo, el renacimiento de la inmunoterapia contra el cáncer y el éxito de los inhibidores de puntos de control inmunitario y la terapia de células T con CAR han revitalizado las perspectivas de las vacunas terapéuticas contra el cáncer. Al aprovechar el poder de la inmunidad mediada por células y dirigirse a los antígenos tumorales, estas vacunas tienen el potencial de mejorar la eficacia del tratamiento del cáncer. Los enfoques combinados y las vacunas personalizadas ofrecen más vías para optimizar los resultados de la inmunoterapia. La investigación continua y los ensayos clínicos son esenciales para desentrañar todo el potencial de las vacunas como un componente integral de la inmunoterapia contra el cáncer.
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Nota: La bibliografía proporcionada anteriormente incluye una selección de referencias relevantes. Sin embargo, para una revisión exhaustiva del tema, se deben consultar fuentes adicionales.
Introducción:
En los últimos años, la inmunoterapia contra el cáncer se ha convertido en un enfoque revolucionario en el campo de la oncología. Este método innovador aprovecha el poder del propio sistema inmunológico del cuerpo para combatir las células cancerosas. Reconociendo su potencial, la revista Science nombró a la inmunoterapia contra el cáncer como su Avance del Año en 2013. Cinco años después, en 2018, se otorgó el Premio Nobel de Fisiología o Medicina a dos destacados investigadores que desempeñaron un papel fundamental en el establecimiento de este enfoque de cambio de paradigma para el tratamiento del cáncer. Este artículo profundiza en la importancia de la inmunoterapia contra el cáncer, destaca el momento decisivo y rinde homenaje a los premios Nobel que avanzaron en este campo.
liberar el sistema inmunitario contra el cáncer a inmunoterapia contra el cáncer, también conocida como inmunooncología, gira en torno al concepto de utilizar el propio sistema inmunitario del cuerpo para atacar y eliminar las células cancerosas. El sistema inmunitario tiene la notable capacidad de identificar y destruir células extrañas o anormales, incluidas las células cancerosas. Sin embargo, el cáncer puede evadir la detección inmune o suprimir las respuestas inmunes, lo que le permite prosperar. La inmunoterapia tiene como objetivo superar estas barreras y activar o mejorar la respuesta del sistema inmunitario al cáncer.
En 2013, la revista Science nombró a la inmunoterapia contra el cáncer como su Avance del Año, reconociendo el tremendo impacto que este campo había tenido en la batalla contra el cáncer. La decisión fue motivada por varios estudios históricos que demuestran la notable eficacia de la inmunoterapia en el tratamiento de diversas formas de cáncer. Los momentos decisivos incluyeron la aprobación del inhibidor del punto de control inmunitario ipilimumab para el melanoma avanzado por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) y las tasas de respuesta significativas observadas en ensayos clínicos que utilizan terapia de células T con receptores de antígenos quiméricos (CAR) para la leucemia.
En 2018, el Premio Nobel de Fisiología o Medicina se otorgó conjuntamente a dos investigadores excepcionales cuyo trabajo innovador sentó las bases para la inmunoterapia contra el cáncer. James P. Allison y Tasuku Honjo fueron reconocidos por sus descubrimientos de la terapia de punto de control inmunitario, que revolucionó el tratamiento del cáncer. Su trabajo se centró en la inhibición de los puntos de control inmunitario, proteínas que regulan las respuestas inmunitarias, y condujo al desarrollo de medicamentos como pembrolizumab y nivolumab.
El reconocimiento de la inmunoterapia contra el cáncer como un gran avance y el Premio Nobel otorgado a Allison y Honjo no solo validaron la importancia de este campo, sino que también impulsaron una mayor investigación y desarrollo. Los inhibidores de puntos de control inmunitario han sido aprobados para varios tipos de cáncer, lo que demuestra mejores tasas de supervivencia y respuestas duraderas en los pacientes. Además, la investigación en curso está explorando terapias combinadas, vacunas personalizadas y otros enfoques innovadores para mejorar la eficacia de la inmunoterapia y ampliar su aplicación en diferentes tipos de cáncer.
La inmunoterapia contra el cáncer representa un cambio de paradigma en el tratamiento del cáncer, aprovechando la capacidad inherente del sistema inmunitario para combatir la enfermedad. El reconocimiento de la revista Science de la inmunoterapia contra el cáncer como el Avance del Año en 2013 destacó el inmenso impacto que este enfoque había tenido en el campo. El posterior Premio Nobel otorgado a James P. Allison y Tasuku Honjo en 2018 solidificó aún más la importancia de sus contribuciones a la inmunoterapia contra el cáncer. Con la investigación y el desarrollo continuos, la inmunoterapia contra el cáncer tiene el potencial de transformar el panorama del tratamiento del cáncer, proporcionando una nueva esperanza para los pacientes de todo el mundo.
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El aparecimiento de la Secuenciación Genómica y la Medicina Molecular generó una Revolución Diagnóstica en Hematología y Cáncer, tanto en enfermedades de la coagulación, como en tumores. Generando productos provenientes del ADN, el cual logran Recombinar y mejoran así la producción y efecto de diferentes medicamentos.
La Farmacogenómica y la identificación de Genes y Receptores Moleculares en Tumores, establece un marco de Medicina de Alta Especificidad o Medicina Personalizada que actualmente genera una Revolución en los tratamientos a diferente nivel. Por lo que en nuestra clínica usted se encontrará o habrá sido referido para uno de dichos test.
En nuestra Clínica Hematológica, siguiendo los principios de AlphaGenómics®, creemos que la investigación en el aparecimiento de la mayoría de problemas crónicos y catastróficos tiene una gran relación con los Genes y con el envejecimiento. Esto plantea una decisión importante que se ha tomado en la clínica, pues buscamos actuar de manera preventiva identificando genes de riesgo mediante la secuenciación de 31 millones de SNPs (Polimorfismos en Nucleótidos Simples), que le informarán de hasta 500 riesgos de cáncer y otras enfermedades.
Partiendo de ese conocimiento, el trabajo consiste en prevenir el desarrollo del cáncer y de las enfermedades hematológicas crónicas (por supuesto también de otras que se pueden relacionar con la edad como el Alzheimer).De ahí que nuestro funcionamiento es vanguardista y preferimos el soporte molecular de las vías de crecimiento y señalización de Inflamación (como la grasa), el impacto ambiental negativo y las malas prácticas de vida (ver nuestro programa DNAcare®), como objetivo principal de esta lucha que aún no ha sido ganada por nadie, pero que para nosotros es una lucha entre la probiosis aeróbica y la anaeróbica; la Célula Eucariótica y Las Mitocondrias, así como sus diferentes vías de nutrición y destrucción. De esa cuenta uno de nuestros ensayos de investigación se basa en la Probiosis Heterocrónica, como una medida paliativa y de caridad en pacientes completando tratamientos convencionales de Cirugía, Radioterapia y Quimioterapia con resultados parciales y aquellos que han sido desahuciados de dichos tratamientos.
Congelamos algunos tejidos, Hiper oxigenamos o foto sensibilizamos otros y ofrecemos toda la parte del programa Get Well!® en cuidados Paliativos. La telomerasa de los cromosomas está siendo estudiada, porque e abundante en tejido del cáncer y se va reduciendo (por el contrario) durante el envejecimiento.
Este conocimiento y el estudio específico de los Telómeros, le ha conferido el Premio Nobel de Medicina a la Dra. Elizabeth Blackburn (ver Get Well®), quien ha propuesto que son una vía de solución al envejecimiento y sus consecuencias, antes de que el cáncer aparezca. Y luego tenemos la Re Ingeniería en la brillante carrera de la Dra. María Blasco, quien propone que vivamos 140 años y muramos jóvenes. Que es, básicamente un juego de palabras que nos invita a mantener joven nuestro cuerpo a partir de las células, pero quien también ha modificado molecularmente a ratones que han incrementado su vida energética y saludable por entre el 17 y el 40% de su tiempo normal de vida, por sobre los otros críos sin modificación. De igual manera el nemátodo C. Elegans ha sido un modelo importante en ésta nueva ciencia de la Longevidad en la que el programa DNAcare® está inmerso.
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