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Cólico infantil: causas y cómo aliviar sus síntomas
El cólico infantil se caracteriza por episodios de irritabilidad y llanto "inconsolable" que duran más de tres horas al día, al menos tres días a la semana, y persisten durante al menos tres semanas. Esto generalmente comienza alrededor de la edad de 2 semanas y puede durar hasta alrededor de los 4 meses de edad. En otros casos, la irritabilidad y los síntomas pueden deberse a trastornos del hambre.
El cólico infantil es una de las causas más comunes de llanto en los primeros meses de vida. En estudios recientes se sabe que el 33% de los bebés la padecerán.
Lo que no todo el mundo sabe es que con un buen diagnóstico y tratamiento fisioterapéutico, estas felices molestias pueden mitigarse e incluso desaparecer. Los bebés están agitados e irritables y tienen espasmos repentinos en el abdomen y flexionan las piernas llevándolas al pecho. Estos síntomas aparecen al final de la tarde. Es un cuadro benigno que comienza a las 2 semanas de vida y suele permanecer hasta los 4 meses de vida, de lo contrario, son bebés que están sanos.
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Gases: Un abdomen distendido y timpánico (hueco) puede sugerir la presencia de gas.
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Diagnóstico del cólico infantil: Para diagnosticar el cólico infantil, los proveedores de atención médica generalmente consideran los siguientes factores: Primero, llorar. Descartar que esté cómodo después de satisfacer necesidades fisiológicas (hambre, higiene, estímulos posturales y sensoriales, apego). Que este llanto no sea secundario a la enfermedad.
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Trastornos del sueño: Los bebés con cólicos pueden experimentar patrones de sueño interrumpidos, durmiendo significativamente menos de las horas recomendadas habituales. Un recién nacido debe dormir 15-18 horas. Con cólicos, el bebé puede dormir solo 2-3 horas.
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Heces: Verifique el color y la consistencia de las heces de un bebé amamantado; En los recién nacidos con lactancia, suelen ser amarillentos, líquidos y grumosos. El cambio de color o consistencia, puede indicar un problema en la alimentación. Incluso puede aparecer estreñimiento. Los cambios pueden indicar problemas de alimentación o estreñimiento.
Causas del cólico infantil:
Factores de alimentación:
El tipo de leche que bebe el bebé.
Es más común con la lactancia artificial o la lactancia mixta (artificial y materna). Es cierto que tanto la leche materna como la fórmula tienen sus propios beneficios y consideraciones.
Algunas fórmulas especializadas para bebés contienen suplementos adicionales para imitar los nutrientes que se encuentran en la leche materna. Sin embargo, es cierto que generalmente se recomiendan las leches de fórmula básica, ya que pueden ser más fáciles de digerir para los bebés. Es importante que los padres consulten con un pediatra antes de elegir una fórmula, especialmente si su bebé tiene necesidades dietéticas específicas o sensibilidades.
Mezclar la lactancia materna con la alimentación con biberón con fórmula puede ser una opción útil para algunos padres. La leche materna es de hecho una valiosa fuente de nutrición y anticuerpos, pero el uso de fórmula como suplemento puede proporcionar flexibilidad. Algunas madres pueden optar por complementar con fórmula si no pueden amamantar exclusivamente debido a varias razones.
Mantener una dieta equilibrada es crucial para que las madres que amamantan se aseguren de obtener los nutrientes necesarios para apoyar tanto su propia salud como la producción de leche. La hidratación adecuada, una mezcla de frutas, verduras, proteínas magras, granos enteros y grasas saludables son componentes importantes de la dieta de una madre que amamanta.
Por supuesto, hay que evitar el alcohol, el tabaco, la cafeína, el té.
Tienes razón en que las madres que amamantan generalmente no necesitan suplementos excesivos. Una dieta equilibrada generalmente proporciona los nutrientes necesarios. Sin embargo, en algunos casos, los médicos pueden recomendar suplementos específicos si hay deficiencias que podrían afectar tanto la salud de la madre como la calidad de la leche materna.
Es aconsejable que las madres que amamantan eviten el alcohol, el tabaco, la cafeína y el consumo excesivo de té. Estas sustancias pueden pasar potencialmente a la leche materna y afectar la salud y los patrones de sueño del bebé.
Como siempre digo en Alphagenomics®: la situación de cada bebé y madre es única.
Es importante que los nuevos padres consulten con profesionales de la salud, como pediatras y consultores de lactancia, para obtener orientación personalizada sobre las opciones de alimentación, la selección de fórmulas y el mantenimiento de una dieta saludable durante la lactancia. La situación de cada bebé y madre es única, y el asesoramiento profesional puede ayudar a tomar decisiones informadas que prioricen el bienestar tanto de la madre como del bebé.
Sistema digestivo inmaduro:
El sistema digestivo en los bebés aún se está desarrollando, y la inmadurez del sistema, incluida la longitud más corta del intestino delgado, puede contribuir al cólico. En los primeros meses de vida la longitud del intestino delgado es más corta. Esto conduce a un tránsito intestinal más rápido. El desarrollo del sistema digestivo no termina hasta la edad de 5 años.
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Reflujo gastroesofágico: La inmadurez de los músculos del esófago y del estómago puede causar regurgitación y malestar.
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Reflujo gastroesofágico (RGE): Esto se refiere al flujo hacia atrás del contenido del estómago hacia el esófago. Es bastante común en los bebés, particularmente durante los primeros meses de vida. Como se mencionó aquí, varios factores contribuyen a este fenómeno:
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Regurgitación fisiológica: Como mencioné, muchos bebés experimentan lo que se conoce como regurgitación "fisiológica" o "funcional". Esto se considera normal y se debe a la combinación de los factores descritos anteriormente. Estas regurgitaciones suelen ser sin esfuerzo, y el bebé no está en molestias.
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Tono muscular y esfínter inmaduro: En los bebés, el tono muscular del esófago no es tan fuerte como en los adultos, y el esfínter esofágico inferior (el músculo que separa el esófago del estómago) aún se está desarrollando. Esto facilita que el contenido del estómago, incluida la leche, fluya de regreso al esófago.
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Vaciamiento gástrico: Los bebés tienen una tasa más lenta de vaciamiento gástrico, lo que significa que los alimentos y líquidos permanecen en el estómago durante más tiempo. Esto puede contribuir a la regurgitación o regurgitación. Ayude a su bebé a expulsar gases después de amamantar o alimentar con biberón.
Estas regurgitaciones suelen ser sin esfuerzo, y el bebé no está en molestias.
Para muchos padres y algunos colegas, es importante desglosar estos tres términos, antes de definir soluciones y hacer predicciones: hipersensibilidad, alergia e intolerancia a la fórmula en los bebés.
Absolutamente, es importante entender las distinciones entre hipersensibilidad, alergia e intolerancia cuando se trata de la alimentación con fórmula en los bebés. Estos términos tienen diferentes implicaciones y requieren diferentes enfoques en términos de gestión y soluciones.
Así es como difieren:
La hipersensibilidad es un término amplio que abarca cualquier reacción exagerada o anormal del sistema inmunológico del cuerpo a una sustancia. En el contexto de los bebés y la alimentación con fórmula, la hipersensibilidad podría referirse a cualquier reacción adversa que el cuerpo del bebé tenga a ciertos componentes de la fórmula, ya sea que estén mediados por el sistema inmunitario (alérgicos) o no.
Una alergia es una respuesta inmunomediada a proteínas específicas en una sustancia, en este caso, las proteínas en la fórmula. En los bebés, la alergia a la proteína de la leche es una de las alergias más comunes. Cuando un bebé tiene alergia a la proteína de la leche, su sistema inmunológico reacciona a las proteínas en la fórmula como si fueran invasores dañinos. Esto puede conducir a una variedad de síntomas, incluidos problemas de la piel (como eczema), problemas digestivos (como vómitos y diarrea), síntomas respiratorios (como sibilancias) e incluso reacciones potencialmente mortales en casos graves.
La intolerancia se refiere a una reacción adversa a una sustancia que no involucra al sistema inmunológico. En el contexto de la alimentación con fórmula, la intolerancia a la lactosa es un ejemplo común. La intolerancia a la lactosa ocurre cuando el sistema digestivo de un bebé no produce suficiente lactasa, la enzima necesaria para descomponer la lactosa (el azúcar en la leche). Esto conduce a malestar digestivo, gases, hinchazón y diarrea.
Soluciones y Gestión: El enfoque para abordar estas cuestiones varía:
Si se sospecha que un bebé tiene una alergia a la fórmula, la solución principal es cambiar a una fórmula hipoalergénica o ampliamente hidrolizada que contenga proteínas descompuestas en fragmentos más pequeños, que tienen menos probabilidades de desencadenar una respuesta inmune. En algunos casos graves, se puede recomendar una fórmula a base de aminoácidos. Consultar a un pediatra o alergólogo es esencial para confirmar la alergia y determinar el mejor curso de acción.
Para la intolerancia a la lactosa , cambiar a una fórmula sin lactosa a menudo puede ayudar a aliviar los síntomas. Sin embargo, es crucial consultar a un médico para un diagnóstico adecuado antes de hacer cualquier cambio en la dieta de un bebé.
Si el bebé experimenta una hipersensibilidad más amplia u otros problemas relacionados con la alimentación con fórmula, es clave trabajar estrechamente con un pediatra. Pueden ayudar a identificar la causa del problema y recomendar soluciones apropiadas, que podrían implicar probar diferentes fórmulas, ajustar los horarios de alimentación o abordar los problemas subyacentes.
Recuerde que cada bebé es único, y lo que funciona para uno podría no funcionar para otro. Siempre es mejor consultar a un profesional de la salud antes de realizar cualquier cambio en la rutina de alimentación de un bebé, especialmente cuando se trata de posibles alergias, intolerancias o hipersensibilidades.
Cómo podemos aliviar los cólicos infantiles
Productos farmacológicos.
En los últimos años, la mayoría de ellos han sido descartados, tanto porque están contraindicados en niños menores de seis meses como porque causan efectos adversos. Los más utilizados son los prebióticos y los probióticos, que ayudan al tránsito al no perder heces de agua. Los medicamentos antieméticos también se usan para prevenir el vómito.
Probióticos
Que son microorganismos vivos y totalmente naturales que actúan sobre las baterías intestinales. Coloniza el tracto digestivo del bebé estimulando el sistema inmune inmaduro
Medidas dietéticas y nutricionales.
Dar las inyecciones a demanda tanto con pecho como con biberón es la primera
medida que se debe tomar, ya que de esta manera descartamos que el bebé llore por
hambre.
Los bebés con cólicos a menudo muestran molestias después de las comidas. En el caso de la lactancia materna, evite tomar alimentos que den mal sabor (ajo, cebolla, col) o alimentos que produzcan gases (alcachofas, legumbres).
Si se sospecha una posible intolerancia a la proteína de la leche (antes de hacer la prueba que la confirma) prescinde de ella. En fórmula de lactancia elige una buena leche hidrolizada.
Intervenciones conductuales y refuerzo o cambio de atención familiar.
Fomente la vinculación y el apego. El recién nacido necesita contacto. Esto lo
tranquiliza. Incluso durante la lactancia, el bebé necesita un tiempo de apego, incluso
si la alimentación ya ha terminado. El estado de ánimo de las madres también puede
influir negativamente en el bebé.
Tratar de establecer patrones de sueño lo antes posible, que sean cómodos para los padres, aumenta la probabilidad de cólicos. El bebé es cambiante, y tenemos que dar tiempo para adaptarnos y respetar su ritmo.
Terapia manual
Tanto con técnicas de masaje específicas como con tratamiento osteopático.
Ha proporcionado una descripción general completa del cólico infantil, incluida su
definición, diagnóstico, posibles causas y formas de aliviar sus síntomas. El cólico
infantil puede ser una experiencia desafiante tanto para los padres como para los
bebés, y comprender sus causas y posibles remedios puede ser muy útil.Aquí hay un resumen de los puntos clave que ha cubierto: El cólico infantil se caracteriza por episodios de irritabilidad y llanto “inconsolable” que duran más de tres horas al día, al menos tres días a la semana, y persisten durante al menos tres semanas. Esto generalmente comienza alrededor de la edad de 2 semanas y puede durar hasta alrededor de los 4 meses de edad.
El cólico infantil puede ser angustiante tanto para los bebés como para sus cuidadores, pero hay varias estrategias que puede intentar para ayudar a aliviar los
síntomas. Es importante tener en cuenta que no todos los métodos funcionarán para todos los bebés, por lo que es posible que deba experimentar un poco para encontrar lo que funciona mejor para su pequeño. Siempre consulte con su pediatra antes de hacer cualquier cambio significativo en la rutina de su bebé o introducir nuevos remedios. Aquí hay algunas técnicas que podrían ayudar:
Alimentación:
Si su bebé es alimentado con fórmula, considere usar una fórmula diseñada para estómagos sensibles o específicamente etiquetada para cólicos. Si está amamantando, es posible que desee evaluar su dieta y discutir con un consultor de lactancia para descartar cualquier desencadenante potencial.
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Eructos:
Asegúrese de eructar a su bebé con frecuencia durante la alimentación para ayudar a reducir la cantidad de aire que traga, lo que puede contribuir a los cólicos.
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Técnica de alimentación adecuada:
Asegúrese de que su bebé esté bien enganchado durante la lactancia o que el flujo de la tetina del biberón no sea demasiado rápido, ya que esto puede conducir a una ingesta excesiva de aire.
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Sosténgalo y consuélelo:
Sostener a su bebé en posición vertical después de alimentarlo podría ayudar con la digestión. El balanceo suave, el balanceo o el uso de bebés también pueden proporcionar comodidad.
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Tiempo boca abajo:
El tiempo suave boca abajo mientras el bebé está despierto y supervisado puede ayudar a aliviar los gases y mejorar la digestión.
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Baño caliente:
Un baño caliente puede ayudar a relajar los músculos de su bebé y proporcionar comodidad.
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Ruido blanco:
El ruido blanco suave y constante (como un ventilador o una máquina de ruido blanco) puede ayudar a calmar a su bebé y enmascarar otros sonidos que podrían estar molestándolo.
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Envolver o envolver:
Algunos bebés encuentran consuelo en estar envueltos o envueltos cómodamente, ya que esto puede imitar la sensación de estar en el útero.
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Masaje:
Los masajes suaves en el sentido de las agujas del reloj pueden ayudar con los gases y la digestión. Asegúrese de usar movimientos suaves y relajantes.
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Cambio en el entorno:
A veces, un cambio de escenario o una habitación tranquila y poco iluminada pueden ayudar a calmar a un bebé quisquilloso.
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Gotas de gas infantiles:
Algunas gotas de gas infantiles de venta libre pueden ayudar a aliviar la incomodidad del gas.
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Dieta de la mamá (para madres que amamantan):
Si está amamantando, ciertos alimentos en su dieta podrían estar causando molestias a su bebé. Experimente con la eliminación de alimentos potencialmente gaseosos como el repollo, el brócoli, las cebollas o los productos lácteos para ver si hay alguna mejora.
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Paciencia y cuidado personal:
Tratar con un bebé con cólicos puede ser estresante, así que asegúrese de cuidarse a sí mismo también. Obtenga apoyo de familiares y amigos, y tome descansos cuando sea necesario.
Recuerde que los cólicos generalmente mejoran por sí solos a medida que el sistema digestivo de su bebé madura. Si el cólico de su bebé es grave, persistente o le causa angustia significativa, no dude en consultar a su pediatra. Pueden descartar cualquier problema médico subyacente y proporcionar orientación personalizada basada en las necesidades de su bebé.
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