EXPLORANDO LA PARADOJA:
EL DESEO DE NO VIVIR A PESAR DEL MIEDO A LA MUERTE
Parafraseando a Yuval Noah Harari: “ahora mueren muchas mas personas por suicidio que por guerras”
En el manejo del Cáncer y otras enfermedades crónicas catastróficas, he encontrado mucha gente cuyo principal deseo es vivir, entran en los tratamientos de cirugía, quimioterapia y/o radioterapia, esperando lograr vencer y seguir viviendo. Pero por otro lado hay muchos jóvenes y también adultos que lo que ya no soportan es seguir viviendo, y acaban progresivamente con su hígado, sumidos en el etilismo y muchas prácticas más de autodestrucción. La mayoría en silencio y apartados, inexplicablemente para sus comunidades, toman diariamente la decisión de suicidarse, Por ellos hoy he querido atraer nuestra atención hacia este gran problema de la sociedad. Un eminente Médico hace poco, en un webinar decía que la muerte era muy normal, y que después de lo viejo viene lo nuevo. Creo que lo dijo con convicción, pero, si realmente atendemos a pacientes con cáncer por salvarlos ¿es la muerte lo que procuramos para ellos o es una batalla contra la muerte? En Alemania escuchaba en un documental la alta cantidad de ciudadanos que el mismo día que cobran su jubilación, les es informado un diagnóstico fatal. Y me plantéo:
Yo a los que atiendo, a aquellos con quienes comparto académicamente y a quienes leo apasionadamente:
Buscamos un envejecimiento digno y sano
Sin embargo, veo que la vida, como un viaje complejo, a menudo plantea preguntas que profundizan en la psique humana. Que Harari tiene razón. Entre estas contemplaciones:
La paradoja de los individuos que no quieren vivir a pesar del miedo inherente a la muerte se erige como un fenómeno desconcertante que no me detiene, sino busco con mis publicaciones DETENER.
Si bien la mortalidad es una realidad ineludible (como decía nuestro Eminente Médico), un número creciente de personas parece lidiar con un tipo diferente de crisis existencial:
La falta de deseo de vivir verdaderamente.
Mi intención hoy es mencionar la existencia y tratar de incidir positivamente en esta paradoja, analizando los pensamientos y perspectivas compartidas por diversas publicaciones sobre la materia, Ya que lo mío es la vida, la existencia y la calidad de vida con espiritualidad en la existencia.Vamos a darle un orden a este pobremente conocido tema, en donde el envejecimiento se ve
acortado a voluntad por: Temas clave
Mucha gente está dejando ir su vida con un peso inmenso; y me refiero a la obesidad, su hígado graso y las complicaciones que los dejan transitando en el mundo acelerado de hoy, con su “dieta”, sus costumbres y el estrés. Las presiones y demandas de la vida moderna han llevado a muchos a cuestionar el verdadero propósito y la calidad de su existencia. A pesar de los avances en tecnología y comodidades, el rápido ritmo de vida, la competencia implacable y la búsqueda constante del éxito han dejado a las personas sintiéndose atrapadas en un ciclo de monotonía, frustración e insatisfacción, pero “congelados” ante cualquier solución, aunque esta consista básicamente en respirar de manera voluntaria y meditar.
El auge de las redes sociales y la comunicación digital ha contribuido paradójicamente a una sensación de aislamiento. Si bien las personas están más conectadas que nunca, la calidad de estas conexiones a menudo carece de profundidad y autenticidad. Esta creciente epidemia de soledad ha hecho que muchos cuestionen el significado de sus vidas, mientras lidian con la falta de una conexión humana genuina, de un abrazo real, de una escucha atenta y de una mano que atrape hacia la vida, como la conocemos.
Los problemas de salud mental han ganado una atención significativa en los últimos años, arrojando luz sobre las luchas internas que enfrentan muchas personas. La ansiedad, la depresión y otros trastornos de salud mental pueden conducir a una profunda falta de motivación y entusiasmo por la vida. Esto ha provocado una reevaluación de las actitudes sociales hacia la salud mental y la importancia de buscar ayuda y apoyo.
Y a partir de eso les presento la síntesis de la revisión de publicaciones
Emily Carter enfatiza la necesidad de abordar los factores psicológicos subyacentes que contribuyen a la paradoja. Ella argumenta que centrarse únicamente en el miedo a la muerte pasa por alto la intrincada interacción de factores como las presiones sociales, las aspiraciones individuales y el bienestar emocional. El Dr. Carter sugiere que un enfoque holístico que involucre la conciencia de la salud mental, el asesoramiento y el cambio social es vital.
El sociólogo Dr. James Anderson explora la correlación entre el surgimiento de la modernidad y las actitudes paradójicas hacia la vida. Sostiene que los rápidos cambios provocados por los avances tecnológicos han llevado a un desapego de la naturaleza, la comunidad y la espiritualidad. El Dr. Anderson propone que reconectarse con estos aspectos fundamentales de la existencia humana podría aliviar el deseo de no vivir.
La periodista Sarah Collins profundiza en la epidemia de soledad y su impacto en la perspectiva de la vida de las personas. A través de anécdotas personales y entrevistas con expertos, arroja luz sobre los efectos perjudiciales de las conexiones superficiales en línea. Collins aboga por fomentar relaciones genuinas y participar en actividades que promuevan la interacción en el mundo real como posibles soluciones a la paradoja.
En conclusión
La paradoja de no querer vivir frente a la inevitabilidad de la muerte es un problema multifacético que entrelaza elementos sociales, psicológicos y emocionales. Si bien el miedo a la muerte es una respuesta humana intrínseca, el deseo de no vivir revela luchas más profundas con la calidad y el propósito de la existencia. Abordar esta paradoja requiere un enfoque multidimensional que incluya priorizar la salud mental, reevaluar los valores sociales y cultivar conexiones significativas. A medida que continúa el discurso sobre este tema, la sociedad debe reconocer la complejidad de las emociones y experiencias humanas, esforzándose por crear un mundo donde la vida no solo se soporte, sino que se acepte genuinamente.
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